El cáncer de piel engloba un grupo de tumores malignos que se originan por el crecimiento anormal de distintas células de la piel. A grandes rasgos, existen tres tipos principales: el carcinoma basocelular, el carcinoma escamoso y el melanoma. Este último, aunque es menos frecuente, es el de peor pronóstico y la principal causa de mortalidad por cáncer de piel.

El factor de riesgo más importante es la exposición a la radiación ultravioleta, por lo que es fundamental educar y promover desde la infancia el uso de protector solar y evitar quemaduras solares. Un diagnóstico precoz mejorará el pronóstico, por lo que se sugiere consultar a un dermatólogo ante la aparición de lunares nuevos, cambios en lunares existentes (recordar el ABCDE), heridas o úlceras que no cicatrizan, así como picor o dolor.